Al celebrarse este mes de Julio 76 años de fundación del Emblemático hospital del Pueblo, vaya nuestro profundo reconocimiento a los profesionales de la Salud por su extraordinaria, abnegada, sacrificada y responsable labor al servicio del pueblo.

Trabajar en un hospital es convivir con la alegría y la tristeza, con la vida y la muerte, con la desesperación y la tranquilidad, con la satisfacción y la decepción y por último con el dolor y la resignación. Porque digo esto con el tiempo que vengo laborando en el hospital Iquitos he sido testigo muchas veces del enorme esfuerzo que hacen los médicos por salvar una vida aplicando su mejor conocimiento como también el RCP reanimación cardiovascular pulmonar, he visto la sonrisa en sus labios cuando logran salvar una vida, y la congoja en sus rostros cuando la pierden.

Cada profesional de la Salud en este hospital sin excepción tiene una responsabilidad que amén de la coyuntura adversas por la contingencia en que trabajan, lo hacen con abnegación y muchas veces con sacrificio. En este hospital nadie es indispensable todos somos necesarios por la coyuntura en que vivimos. Y ese es la realidad que nuestros usuarios conocen cuando acuden a nuestro Emblemático hospital del Pueblo, siempre predispuestos 24 horas del día 365 días del año con calidad y calidez.